El periodista de extensa trayectoria, Edgardo Miller, llegó a Jujuy ayer donde permanecerá hasta el próximo 25, para presentar su libro Anastasio Quiroga, pastor de cabras, tradiciones y costumbres de la Quebrada de Humahuaca (Editorial Muiños de Vento), a las 19.30 en el Salón Cultural Pregón (Belgrano 545).
El trabajo cuenta con la destacada colaboración de la musicóloga Leda Valladares y es el resumen de 30 años de una minuciosa investigación periodística.
Con datos e imágenes inéditas, de Ernesto Monteavaro, la obra se presenta en su versión en papel y también en formato E-book. La escritora y periodista Tamara Herraiz, directora de la editorial, acompaña al autor en esta visita a la provincia, donde visitarán los Valles de Monterrico hasta la Quebrada de Humahuaca.
Alejandro Tarruella, historiador y escritor expresó al leer la obra: “El trabajo que presenta Edgardo Miller es una compilación basada en su quehacer de periodista. Así, como un baqueano que conoce el sonido de los ripios y el polvo de los caminos, va trazando un itinerario que no tiene otra pretensión que la de recoger la vida narrada de Anastasio Quiroga para entregarla a sus lectores. No es ni más, ni menos su intención. Y por eso, desde el relato sencillo, afirmado en reportajes, citas, búsqueda de ciertos momentos singulares de la vida del creador andino que parece querer poco más que lo sientan en su andar sobre el mundo como quien monta una cabalgadura y lleva su memoria para compartirla, logra hacer sentir con hondura la significación de hombre que nos representa. No ya en el mestizaje americano en el que nos plantamos sino desde la América como totalidad histórica y vivencial. Miller logra traernos en Anastasio a la América viva que es nuestra madre tierra, la que nos hizo y nos rehízo a quienes llegamos desde nuestros ancestros de otros continentes. Y nos comunica que esa América nos hace suyos en la presencia única de ese hombre atravesado por los vientos y la música de los andes”.
Anastasio Quiroga fue un sabio maestro natural, nacido en Barro Negro, Jujuy, un 1ro de agosto de 1916, justo el día que comienzan los festejos a la Madre Tierra. “Runa allpa kamashka” (el hombre es tierra que camina) ha sido su misión y así fue desde que allá por 1960, Leda Valladares, folcloróloga, lo descubre viajando por Jujuy invitándolo a realizar grabaciones con sus instrumentos típicos en el Fondo Nacional de las Artes. Representó a Argentina y a Latinoamérica en el mundo como embajador cultural del conocimiento nativo del NOA (Noroeste argentino) dando charlas en escuelas y trabajando como luthier. Falleció en Capital Federal en 1988. Fue más que un músico transmisor de pensamientos profundos de sus raíces originarias a través de los cuales pregonaba la palabra de los “hamautas” basada en el respeto.