Todo indica que el sucesor del presidente Sebastián Piñera se definirá en una segunda vuelta por lo que la clave es quiénes serán los dos candidatos que lleguen primero, aún si quedan muy lejos de la mayoría.
En medio de una contexto político incierto y con los efectos aún muy frescos de una crisis sanitaria y social, Chile comenzó hoy la campaña rumbo a las elecciones del 21 de noviembre, en las que siete candidatos comenzarán a debatir los grandes temas de la contingencia nacional: un mayor acceso al sistema de salud y de educación, mejorar el sistema de pensiones y responder a las reivindicaciones sociales de los últimos años.
Las siete candidatos confirmados son: Gabriel Boric, de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad; Sebastián Sichel de la alianza oficialista Chile Podemos Más; Yasna Provoste del frente de la exConcertación ahora llamado Nuevo Pacto Social; José Antonio Kast del pinochetista Partido Republicano; Marco Enríquez-Ominami de la fuerza de la centroizquierda PRO; Franco Parisi de la fuerza de derecha Partido de la Gente, y Eduardo Artés del partido de izquierda Unión Patriótica de Chile.
Todo indica que el sucesor del presidente Sebastián Piñera se definirá en una segunda vuelta por lo que la clave es quiénes serán los dos candidatos que lleguen primero, aún si quedan muy lejos de la mayoría.
Esta campaña no será común. Para empezar, en los últimos 12 meses, los chilenos votaron cuatro veces: el referendo que definió la creación de la Convención Constituyente, las mega elecciones de constituyentes, gobernadores y autoridades locales, y las primarias primero oficiales y luego las extraoficiales de la exConcertación.
Y en las primeras tres de estas elecciones, tanto el oficialismo como los partidos tradicionales en su conjunto sufrieron fuertes golpes o, al menos, llamados de atención.
En este contexto de aparentes cambios políticos, la campaña estará marcada por la crisis social y laboral que está viviendo el país a causa de la pandemia y los efectos aún frescos del casi colapso sanitario que sufrió Chile en más de una oportunidad en estos dos años.
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El país venía registrando semanas a la baja con los contagios e internados en centros de salud, aunque en los últimos días las autoridades alertaron sobre una nueva suba gradual de los casos.
Pero aún si logra dejar atrás la pandemia, los efectos que dejó siguen allí, uno de los más urgentes es el aumento de la desocupación durante las cuarentenas decretadas en 2020 y 2021. La pandemia también dejó otro reclamo urgente: mejorar el acceso de los chilenos a la salud. Ya desde el estallido social y las protestas de 2019, la sociedad chilena viene exigiendo en las calles una mejora en el acceso a la salud y la educación superior, dos áreas en los que ha quedado al desnudo la enorme brecha económica del país.