Las empanadas, el asado, la pizza. Emblemas de todo menú argentino por su delicioso sabor y porque son los elegidos para compartir entre amigos.
La imagen mental es la siguiente. Una mesa larga y ancha con sillas de distintos estilos, banquetas y hasta almohadones en el piso convocan a varias personas a su alrededor. Botellas – vacías y llenas – de Fernet, Coca Cola, cerveza y vino tinto adornan el mantel (que seguramente ya deja ver algunas manchas). De fondo suena cumbia, cuarteto y trap, melodías acompañadas por algún que otro solo a puro pulmón y volúmen.
Múltiples charlas suceden al mismo tiempo, todas con la misma particularidad del énfasis en risas, gestos elocuentes y miradas cómplices. El aroma que se respira adelanta el banquete gastronómico que se está por degustar. Y los protagonistas de la escena son un grupo de individuos que, juntos, dan sentido a una de las palabras favoritas del diccionario argentino: la amistad. Que comience la juntada de fin de semana con amigos.
Es así, las comidas típicas del Fin del mundo adquieren todavía más sabor si son compartidas. De hecho, todo en Argentina encuentra su mejor versión en grupo. Quizás por eso los rituales culinarios son únicos y nada se equipara a una buena reunión entre colegas y familiares. Y, como la argentinidad es un sentimiento difícil de ocultar, jamás faltan gritos, abrazos, besos y, por supuesto, muchísima comida. Si el calendario marca juntada con amigos, estos son los platos infaltables:
Asado
No necesita demasiada introducción pero podemos resumirlo diciendo que el asado se traduce como el Diego Armando Maradona de las comidas. Te imaginarás que con ese preámbulo vale la pena seguir leyendo. La carne a las brasas – mayoritariamente de vaca – es el clásico más clásico argentino y la personificación de las reuniones entre amigos. Comienza con una tanda de achuras, con el protagónico del choripán, y le sigue la provoleta, la entraña, la tira de asado y el vacío. Si se quiere redoblar la apuesta, nunca falta el chimichurri, una salsa a base de perejil, ajo y orégano mezclada con aceite de oliva y vinagre. Las verduras también encuentran su lugar en la mesa y son casi tan importantes como el plato principal: crudas en ensaladas y cocidas a la parrilla.
Ahora bien, más allá de los componentes que forman parte de la parrillada, el corazón del asado es todavía más profundo que su intenso y sabroso sabor. Porque los asados son ese ritual dominguero que puede durar largas horas, esconder recónditas anécdotas, encapsular momentos icónicos y, por qué no, complementarse con juegos de cartas, destellos acaramelados como helado o dulce de leche y un sinfín de abrazos. Los asados entre amigos son, simplemente, sagrados.
Empanadas
Una masa increíble que envuelve los sabores más ricos de la cocina local. Las empanadas funcionan como la receta perfecta para cualquier congregación de personas, eso está claro. Ricas, rápidas y fáciles son tres adjetivos que le sientan muy bien a las delicias en forma de medialuna. Lideran el podio de las comidas más pedidas por delivery y, sin lugar a dudas, son bienvenidas en las mesas multitudinarias.
Los rellenos varían, pero el que roba más suspiros por minuto es el de carne, mezclado con cebolla, pimentón, aceitunas y tomate. Pueden ser al horno o fritas y se llevan muy bien con la cerveza (otro clásico). La cantidad a ingerir depende estrictamente del hambre y el nivel de fanatismo: entenderán, basados en esto último, que el consumo de empanadas en territorio celeste y blanco es abundante.
Pizza
Otro gusto irresistible al paladar argentino. ¿El gran diferencial de las pizzas nacionales? La (nunca suficiente) cantidad de queso muzzarella como topping y el grosor de la masa. Si el maestro pizzero resuelve bien esas dos consignas, entonces no quedará más que aplaudir y llenar la panza mientras se llevan a cabo acaloradas conversaciones.
La alternativa a las recetas profesionales (cuyo epicentro se encuentra en la Calle Corrientes, en Buenos Aires) es igual de válida. Las pizzas caseras se llevan todos los premios y el chef designado del grupo puede, ocasionalmente, amasarlas para los comensales. El resultado siempre será una velada donde la premisa de comer con la mano, usar muchas servilletas y probar distintos sabores se cumple con honores.
Picada
Este ítem engloba dos pasiones en un mismo lugar: la afición por la comida y la pasión por el fútbol. ¿Por qué? Porque la picada es la mejor aliada de los partidos. Sí, se puede comer sin depender de un evento deportivo, pero el maridaje es simplemente perfecto y uno de los grandes amores argentinos. Porque difícilmente las juntadas para ver a la Selección Argentina prescinden de los elementos básicos de una picada: distintos estilos de queso, salame, jamón crudo, aceitunas, maníes, papas fritas y panificados para acompañar. La ecuación únicamente puede concluir con cerveza.
Por fuera de la pasión futbolera, no faltan ocasiones para que la picada se convierta en el plato principal de cualquier celebración de la amistad. En muchas ocasiones se percibe como la entrada previa a todos los platos que mencionamos anteriormente – sobre todo el asado -, pero pueden incorporarse otros ingredientes para que alcance simplemente con la fiesta de embutidos y snacks.
